Hace años ha venido imponiéndose en Colombia el concepto del «voto útil».
Bajo este concepto el proceso democrático se reduce a observar las encuestas y votar entre los dos o tres candidatos más opcionados, generalmente para votar en contra del que menos nos gusta de ellos.
De acuerdo al concepto, votar por alguien más, votar por alguien que marque por debajo del 10% de las encuestas, es “botar el voto”.
Los medios de comunicación refuerzan este concepto. Los medios sólo dan espacio a los “candidatos más opcionados” alegando que, como empresas privadas, tienen el derecho de buscar la información más “interesante” para el público. Así los candidatos más opcionados reciben mayor cubrimiento mediático y se refuerza su posición en las encuestas.
En 2006 hubo siete candidatos presidenciales en Colombia. Además de Uribe, Gaviria y Serpa: ¿te acuerdas de los otros cuatro candidatos? ¿consideraste alguna vez votar por ellos? ¿supiste alguna vez si sus propuestas podrían ser una alternativa real?
¡Cambiemos esto!
Votar por el candidato que más nos gusta no será nunca botar el voto. Es contribuir a que la democracia no se convierta en la dictadura de las encuestas y los medios de comunicación. Es decirle a quien comparte nuestra visión «gracias por ofrecernos una alternativa». Es apoyar a quienes se atreven, a quienes creen en la democracia. Es participar de la democracia.
Si te gusta el candidato que puntea las encuestas o va de segundo: listo, no hay problema. Vota por él o ella, pero no porque puntea sino porque quieres realmente apoyar a tu candidato. Pero si te gusta ese candidato que va de quinto o sexto, que aparece con un 0.5% en las encuestas, etc., demuestra entonces que crees en la democracia participativa y vota por él o ella.
Tal vez tu voto no sirva para definir el futuro inmediato de tu país, o tu municipio. Pero tu voto contribuye a una visión de país donde la participación democrática es un bien mayor.